Cuidado
parental en Insectos
El cuidado de las crías adquiere
formas singulares entre los insectos sociales, que tienen numerosos individuos
para cuidar, defender y alimentar a las crías. Una colmena de abejas, así,
puede ser vista como una maternidad gigante, donde todos los individuos
trabajan para garantizar que las crías sobrevivan: cada celdilla del panal es
una incubadora con una cría, que es cuidada, defendida y alimentada por toda la
colmena hasta que finaliza su estado larvario y puede asumir su propio puesto
como coadyuvante de la siguiente generación.
La diferencia entre el comportamiento paternal de las abejas y el de animales con los que sentimos una mayor cercanía como otros mamíferos o las aves, es notable, pero hace lo mismo: emplear el cuerpo y comportamiento de los adultos en favor de la supervivencia de las crías.
La diferencia entre el comportamiento paternal de las abejas y el de animales con los que sentimos una mayor cercanía como otros mamíferos o las aves, es notable, pero hace lo mismo: emplear el cuerpo y comportamiento de los adultos en favor de la supervivencia de las crías.
Los sistemas de cuidado de las crías conforman comportamientos extremadamente complejos que aún no se comprenden del todo pese a los enormes avances que se han realizado en los últimos años. Cuidar a las crías exige una enorme serie de habilidades, entre ellas la capacidad de identificar y reconocer a las propias crías. Esto no es un problema entre los animales solitarios o en pareja, pero en colonias como las de los pingüinos en la Antártida, cada pareja debe ser capaz de distinguir a su cría de todas las demás, y lo hacen con una asombrosa precisión.
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